Tom Hardy regresa como Venom, el antihéroe en conflicto en una secuela admirablemente entretenida y con destellos de algo más
Venom: Carnage Liberado (2021)
Puntuación: ★★½
Dirección: Andy Serkis
Reparto: Tom Hardy, Michelle Williams, Woody Harrelson, Naomie Harris, Stephen Graham y Reid Scott
Disponible: Estreno en cines
El mundo de los superhéroes sigue creciendo en la pantalla grande, tanto que ahora las empresas están decidas de forma casi desesperada en caminar por las líneas del multiverso, lo que permite reescribir las reglas, resucitar personajes y sacar partido por las ansias del público en ver como sus personajes favoritos se empiezan a conectar: en otras palabras todos quieren ser Spider-Man: Into the Spider-Verse (la mejor película de Marvel hasta la fecha) pero que todavía no han encontrado ese detalle que hizo ese filme una joya en su género.
Entre todo ese mundo de encontrar su mina de oro en el año 2018 Sony conquistó a las personas con el éxito taquillero llamado Venom, y ahora continúa con Carnage Liberado, una cinta que juega con la fórmula tradicional de las películas de su estilo, incluso tiene un aire a una sacada de los años noventa.
La primera película fue una aventura sorprendentemente divertida, aunque como era de esperar, desechable sin mucho que destacar ya que nunca se preocupó por la construcción del mundo que estaba planteando, lo más rescatable era ver a Tom Hardy demostrando que tenía un carisma que poco había explorado, además que en su elenco estaba Michelle Williams con su horrible peluca y Riz Ahmed en un rol que nos daba chispa de lo que venía después.
Para está nueva entrega el siempre interesante Andy Serkis toma la silla de la dirección y vuelve a mantener la misma esencia que presentó la primera parte, esto con todo lo bueno y malo que tenía, incluso eleva algunos momentos como la relación de Eddy y Venom.
Hardy, vuelve como Venom y nuevamente demuestra lo comprometido que está con el proyecto y sin dudas es lo mejor otra vez (ver al actor en pantalla vale tu tiempo y lo que pagues por verla). Esta vez, su reportero Eddie Brock (quien en una escena parece estar también diseñando la portada de su periódico, lo cual es impresionante) transfiere inadvertidamente su sangre de extraterrestres a un asesino en serie llamado Cletus Kasady (Woody Harrelson), quien escapa de su ejecución y se transforma en el villano Carnage que quiere acabar con Brock y Venom , pero también desea encontrar a su amor perdido, Frances, también conocido como Shriek (Naomie Harris), cuyo grito es capaz de matar a aquellos que lo escuchen.
La cinta es simplemente eso y nunca evoluciona pese a que Serkis intente en subir la apuesta y el caos que va construyendo se agote demasiado pronto, y por momentos se estanca en reciclar lo que le funciona como es el humor de la dinámica entre Venom / Eddie, la cual es divertida y hace que uno como espectador salga satisfecho de la sala de cine, pero entre tono y propuesta el filme no logra saber que quiere ser especialmente en algunos chistes ¿involuntariamente?: “salida del armario” en una fiesta que es “una especie de festival LGBTQIA”.
Como mencionamos lo mejor de Venom: Carnage liberado es Hardy, que otra vez está rodeado de actores brillantes pero que no tienen nada que hacer con respecto al guion que le construyeron. Woody Harrelson intenta sacar su parte ruda y malévola que el filme no sabe como lidiar con un actor que está por encima de la idea que crearon, por otro lado, tenemos a Harris cargando todo lo malo que tiene esta secuela; ella interpreta el interés obsesivo romántico de Carnage, una mujer que un poder mutante, pero que la cinta no desarrolla en ningún momento.
Entre todo está Michelle Williams, en otra película que no es Venom, así que demos gracias de que casi no sale en pantalla y las pocas escenas que tiene la aclamada actriz intenta darnos algo que nadie a la hora de escribir el guion se tomó en desarrollar. Lo bueno que hicieron con la cuatro veces nominada al Oscar es que le cambiaron la horrible peluca y aquí está más decente.
En resumen, Venom: Carnage Liberado es un pasatiempo para ir al cine, comer palomitas y no pensar por una hora y media, donde Andy Serkis entre brillantes planos, efectos visuales a medio mejorar que sacuden la imagen logra hacerte emocionar cuando llega la famosa escena post-crédito, que en términos finales vale la pena ver está película.