Blonde | Review

Lo nuevo del director Andrew Dominik es un controvertido drama que nuenca respeta a su personaje mientras encuentra espacio para fetos parlantes, sexo presidencial y un trío estrellado. Una de las peores películas del año.

Blonde (2022)
Puntuación: ★½
Dirección: Andrew Dominik
Reparto: Ana de Armas, Adrien Brody, Bobby Cannavale, Julianne Nicholson, Xavier Samuel, Evan Williams y Caspar Phillipson
Disponible: Netflix

Con una duración de casi tres horas, la cinta “Blonde” recorre de forma casi fantasmal la vida de la estrella de cine Marilyn Monroe, que es la inspiración de la novela de 738 páginas de Joyce Carol Oates, pero esta cinta es de lejos la intención del libro, ya que el retrato del personaje femenino es simplemente un pedazo de carne, cosa que el material original buscaba reivindicar la figura de Marilyn como una persona no un objeto de deseo. Blonde es, al final, demasiado, en todos los sentidos.

Andrew Dominik (mejor conocido por El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford) ha forjado la historia de Monroe como una ópera de tragedia, donde el elemento principal es solo sufrir que es compuesto por una variedad de imágenes que se van mezclando con la partitura del dúo Nick Cave y Warren Ellis, cuya cada nota apoya en todo momento la ansiedad emocional del personaje.

Este es un retrato de Monroe que acentúa su sufrimiento y angustia, mientras busca deleitarnos con su belleza y talento. La película es sin duda audaz, pero no necesariamente en el buen sentido. La dirección de Dominik se muestra bastante inconexa en la pantalla, su ejecución deja mucho que desear la mayor parte del tiempo. Es verdad, uno como amante del cine desea películas audaces, pero para que esa audacia llegue, la película no solo debe lograr tomar riesgos sin sentido, sino que también debe decir algo. “Blonde” ciertamente no nos dice nada que no sepamos sobre Monroe, tras de eso solo toma al personaje para usarlo sin nada que desarrollar o explorar.

Los primeros 20 minutos de la película, durante los cuales conocemos a la joven Norma y ahondamos en su tensa relación con su perturbada madre (Julianne Nicholson), no están bien interpretados ni escritos, lo que provoca un sabor amargo desde el principio. Pero podemos dejar en claro, que aquí los actores dan lo mejor que tienen con el material que les dieron. Después la película se pasa a los 20 años de la actriz, se convierte en algo mucho más divertido y, naturalmente, la actuación de De Armas parece sacar lo mejor de todos. De hecho, durante una escena en la que la ahora semi famosa Norma visita a su madre en un hospital después de 10 años, Nicholson hace algunas de sus mejores actuaciones en la película, y De Armas le devuelve ese nivel de calidad de interpretación. Es una escena desgarradora, y te deja uno de los pocos buenos momentos de la cinta.

Visualmente la cinta tiene detalles llamativos, que según el director ayudaban a darle fuerza su metáfora, como la escena donde Monroe camina por una alfombra roja y si miramos hacia la multitud veremos a los hombres con las bocas de estos están agrandadas, se ve interesante es la verdad, es todo un guiño hermoso pero desagradable a cómo Monroe ha sido devorada por los hombres en todos los aspectos de su vida: el tema de su padre ausente, cuya identidad desconoce, es una constante a lo largo de la película, y su carrera durante todo el tiempo que puede. Ahí funciona la idea, pero la toma se alarga innecesariamente.

El marco psicológico que plantea la cinta al personaje es muy freudiano de la vieja escuela, lo que no le da a la propia Monroe mucha influencia en su historia. Ella es explotada sexualmente en todo momento, por un director de estudio llamado Mr. Z, quien efectivamente la viola al principio, hasta John F. Kennedy, quien la obliga a realizar una felación mientras él ve los misiles que se levantan en la televisión en un dolorosamente en- la escena de la nariz que probablemente le valió a la película su notoria calificación NC-17. Ese plano con Kennedy es torpe, mal ejecutado y misógino. No cuestiono la idea de exponer el trato que recibió la actriz por parte de los Kennedy, si no la forma vulgar con la que el filme coloca al personaje y a la misma Ana de Armas, un plano de casi dos minutos que da pena ajena.

La película se desliza hacia una explotación que es problemática. Eso también se aplica a las escenas en las que vemos fetos dentro del cuerpo de Marilyn que, aunque nunca llegaron a término, le hablan. Estas secciones podrían verse fácilmente como propaganda contra el aborto cuando probablemente la intención era todo lo contrario: mostrar el poco control que tenía Monroe sobre su propio cuerpo. Como decimos, la cinta plantea cosas interesantes pero la forma en la que ocurren ¡simplemente no funciona!

De Armas está lo más correcto en el papel que le dieron, no se puede negar ese hecho. Pero ni la dirección ni el guion realmente le ayudan a su actuación. Junto con el increíble vestuario de la película, el maquillaje y el rostro casi idéntico de De Armas, seamos realistas, la deslumbrante presencia de De Armas en la pantalla es indiscutible.

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