Disco de oro | Review

Con un montaje atropellado y rebuscado a este Biopic de Wikipedia sobre Neil Bogart le falta objetividad en cuanto a lo que quiere contar y como contarlo, su falta de visión derrumba una historia fascinante sobre un hombre que cambió la música.
Disco de Oro (2023)
Puntuación: ★★
Dirección: Timothy Scott Bogart
Reparto: Jeremy Jordan, Michelle Monaghan, Jay Pharoah, Lyndsy Fonseca, Kenan Thompson, Jason Isaacs y Jason Derulo

Disponible: Estreno en cines

Disco de Oro es el típico biopic sacado de Wikipedia, lo que significa que carga con los mismos problemas que tenían Whitney Houston: I Wanna Dance with Somebody o Bohemian Rhapsody, realmente los tres filmes están construidos de la misma forma, no hay nada fresco ni memorable en ellos. En Disco de Oro, todavía es mucho menor, ya que en sus 137 minutos los tonos y los ritmos del filme se tambalean que llega incluso aburrir y todo el esfuerzo de Jeremy Jordan por dar lo mejor queda desperdiciado. 

Dirigida por Timothy Scott Bogart, hijo verdadero del protagonista, Neil Bogart, y contada desde la perspectiva en primera persona del ejecutivo discográfico (interpretado por Jeremy Jordan), Disco de Oro cuenta la colorida historia de un empresario que murió a los 39 años y recorre varios aspectos destacados. Estos incluyen descubrir y construir las carreras de la banda de rock Kiss, Donna Summer, Isley Brothers, Gladys Knight o George Clinton de Parliament-Funkadelic. Neil Bogart, fundó Casablanca Records, un lugar que fue el escaparate para varios artistas en los que creía. 

Realmente la historia de Bogart es por mucho fascinante, pero es una pena que la familia de Bogart, que son productores del filme, no buscarán una mejor forma de contar el legado de este hombre, como un documental o hacer algo más original si lo querían hacer en ficción.

El primer gran problema del filme es su ambición, detalle que no es malo, pero Timothy Scott Bogart quiere crear muchos momentos icónicos que sus limitaciones bajo presupuesto resaltan en varios momentos, sin contar que en algunas ocasiones se nota mucho los cromas o los momentos musicales que deberían emocionar no brillan, haciendo que la cinta se vea como si fuera hecha para televisión.

El caso es que aquí hay bastante material que hubiera funcionado mejor en una miniserie sobre las aventuras de Bogart y los iconos con los que trabajó; uno podría ver cómo el tercer acto podría haber sido un largometraje convincente por sí solo, ya que Casablanca encuentra su mejor ritmo e historia cuando Donna Summer (Tayla Parx) o Kiss se convierten en mega estrellas, pero el filme decide terminar en ese momento, dejando el material más emocionante e interesante a un lado.

EL filme nos cuenta la historia de hombre nacido en Brooklyn bajo el nombre de Neil E. Bogatz, cambió su apellido a Scott en los años sesenta para iniciar una breve carrera como cantante, y su nombre a Wayne Roberts durante su incursión como actor de porno blando para poder financiar el anillo de compromiso que quería regalarle a su novia, luego se cambia a Bogart como director de marketing de MGM Records, antes de viajar a Los Ángeles con su esposa Beth (Michelle Monaghan) y formar su propio equipo, Casablanca Records, con sus confidentes Cecil. Holmes (Jay Pharoah), el primo Larry (James Wolk), Bruce (Dan Fogler) el promotor y Joyce (Lyndsy Fonseca), el “arma secreta” de la disquera.

Como dijimos la película, es un biopic al uso, incluso bastante sencillo, con algunas escenas con un enfoque principal en su tiempo al frente de Casablanca y en descubrir cómo empaquetar el talento que ha firmado. Durante gran parte de la vida de la disquera está en números rojos, algo que Bogart sabe, al presenciar cuando era niño que su padre (Jason Issacs) fue estafado por usureros en el vecindario. En busca de liquidez, Neil recurre nada menos que al gángster Big Joey (Vincent Pastore) y se encuentra en una posición similar años después. 

Lo mejor del filme es cuando el sello descubre cómo posicionar a Donna Summer, que en ese entonces era una madre soltera que actuaba en clubes en Alemania, o cuando deciden que Kiss, lance un álbum en vivo, para así capturar la energía cruda de un espectáculo de arena que un álbum de estudio. Hasta cierto punto, es divertido ver a artistas conocidos como Jason Derulo y Wiz Khalifa hacer cosplay de Ronald Isley o George Clinton, respectivamente.

De verdad quería que el filme me gustara, y debo decir que el filme no es para nada insoportable como lo fue The United States vs. Billie Holiday (2020), pero los errores del filme son muy latentes especialmente en su guion, ya que cuando sales de la sala, sientes que vistes un tráiler y no una película; tal vez con un mejor presupuesto y un buen mejor guion hubiéramos recibido un excelente tributo a un hombre que cambió la historia de la música.

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