Channing Tatum regresa con su personaje más famoso ahora junto con Salma Hayek, pero este excéntrico dúo se siente improvisado y con falta de chispa.
El Último Baile de Magic Mike (2023)
Puntuación: ★★½
Dirección: Steven Soderbergh
Reparto: Channing Tatum, Salma Hayek, Caitlin Gerard, Alan Cox, Nancy Carroll, Christopher Villiers y Vicki Pepperdine
Disponible: VOD Google Play
Channing Tatum regresa como “Magic” Mike Lane, un stripper atractivo y sexualmente receptor de la sedienta mirada femenina, que se vuelve a unir a Steven Soderbergh para esta tercera entrega que en todo momento se siente extrañamente anticlimática y como que hace falta algo para que logre emocionar.
Como otros trabajos que hemos visto en el cine reciente, Soderbergh vuelve a utilizar el tema de la pandemia para continuar la historia de Mike, debido a que atraviesa tiempos difíciles luego de dicha crisis, ya que montó un negocio con sus amigos y fracasó, por lo cual ahora trabaja como barman. Sin embargo, mientras sirve tragos con buen humor en una elegante gala benéfica en Miami, este logra crear una conexión entre él y la anfitriona del evento Max Mendoza (Salma Hayek).
Max es una mujer increíblemente sexy, y mientras escucha a una de sus invitadas (Kim, interpretada por Caitlin Gerard, que la vimos en la primera película de Magic Mike de 2012) que Mike solía ser un bailarín candente, está haciendo uso de su poder y de su seducción le pide un espectáculo privado. Mike accede, y es así como tenemos la mejor escena de la película debido a su impacto sensual y entrega de los dos intérpretes. Max queda fascinada por Mike y está se lo lleva a Londres para dirigir y coreografiar un espectáculo de baile masculino en el gran teatro que ha obtenido de su futuro exmarido, con quien está en proceso de divorcio.
Como siempre en estas películas lo mejor son las escenas de baile con coreografías casi imposibles, llenas de sensualidad, aunque en esta tercera parte no brillan tanto como en las otras películas, incluso Soderbergh las corta abruptamente en varias ocasiones. Otro punto que la pena mencionar, es que tiene algunos momentos divertidos especialmente cuando aparece en pantalla Ayub Khan-Din que interpreta a Víctor, el simpático ayudante de Max, o Vicki Pepperdine como una burócrata británica reprimida a la Max persuade cuando envía a su grupo de bailarines para que le hagan un baile privado en un autobús.
Pero pese a esos puntos interesantes, la cinta se siente tibia o salpicada de un extraño tipo de excentricidad desconcertante que no termina de funcionar correctamente; por momentos se siente sexi pero no emociona o en otras ocasiones roza lo cursi, demostrando que hay algo en todo el conjunto que no ayuda, como si fuera improvisada. La mano de Soderbergh se pierde, aparte, el guion decae en una forma extraña, y el grado de caída llega a un punto donde el acto final se aleja del personaje de Max, quien era el eje central de la trama, lo peor de todo es que nunca tenemos una escena de baile culminante entre Hayek y Tatum, que era lo más lógico siendo los protagonistas.
Pero bueno, al final lo mejor es ver a Tatum nuevamente en pantalla cargando un carisma cómico, y sobre todo a Hayek como una reina sensual, demostrando que todavía la tenemos para rato.