El viejo roble | Review

El propietario de un pub se enfrenta a la hostilidad de los lugareños hacia unos refugiados sirios en la última (y posiblemente última) película mordaz del maestro Ken Loach. 
El Viejo Roble (2023)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Ken Loach
Reparto: Dave Turner, Ebla Mari, Claire Rodgerson, Trevor Fox y Chris McGlade
Disponible: VOD Google Play

El maestro Ken Loach tiene 86 años, y ha anunciado que El Viejo Roble será su última película, después de siete décadas de crear grandes clásicos del cine social, un cine lleno de críticas contra la sociedad y al gobierno de su país. Haciendo equipo nuevamente con el escritor Paul Laverty, el dos veces ganador de la Palma de Oro regresa al cine con una apasionada respuesta a las políticas de inmigración xenófobas del actual gobierno conservador de Gran Bretaña. Una nueva pieza íntima de Loach.

El escenario es el norte de Inglaterra, en el año 2016, señala una leyenda. Más concretamente, estamos cerca de Durham, en un pueblo que nunca se ha recuperado de los cierres ocurridos a las minas en los años 1980. Tommy Joe ‘TJ’ Ballantyne (Dave Turner) dirige el pub ‘The Old Oak’, donde los lugareños se reúnen a diario para beber cervezas y lamentar el declive de una comunidad que alguna vez fue próspera.

La película comienza, cuando un autobús lleno de refugiados sirios llega al pueblo, donde se les ha asignado alojamiento, solo para recibir una recepción hostil por parte de algunos residentes, cuyo resentimiento por años de negligencia económica se expresa en la búsqueda de chivos expiatorios racistas. Este episodio es visto a través de los ojos de una recién llegada, una joven llamada Yara (Ebla Mari), cuyas fotografías en blanco y negro, sorprendentemente creadas para la película por Joss Barratt, proporcionan un contundente montaje inicial que es una especie de cambio estilístico para el propio Loach.

Al mismo tiempo, el guion de Loach y Laverty nos muestra los sentimientos de los clientes de TJ, el cual nos hace comprender su mal humor y de donde viene ese resentimiento, uno que termina descargando con comentarios racistas y xenófobos. Pero por el contrario el personaje de TJ, es lo opuesto a sus clientes, es un hombre que pese a muchos problemas lo vemos dando la bienvenida a los sirios al principio, se niega a permitir que sus clientes habituales utilicen la trastienda del pub para una reunión antiinmigración, ganándose su enemistad. Luego se hace amigo de Yara y, con ella y Laura (Claire Rodgerson), una mujer local involucrada en ayudar a los sirios, comienza a organizar almuerzos gratuitos para ayudar tanto a los inmigrantes como a los locales en dificultades, con el fin de cimentar un mejor entendimiento y una mejor unión. 

Como el drama de época irlandés de Loach de 2014 Jimmy’s Hall, El Viejo Roble es la historia de un lugar de reunión y lo que puede significar para una comunidad. En este caso, el lugar está cargado de historia, ya que la trastienda de TJ, ha estado durante mucho tiempo abierta, lo que ha llevado a que el lugar sea un santuario viviente de recuerdos, especialmente de las luchas de la huelga de los mineros en los años 1984-5, detalle que el guion utiliza para hacer una crítica al desmantelamiento de la industria minera, uno que generó fragmentaciones en las comunidades y sembró las semillas de las actitudes racistas de Gran Bretaña por el Brexit. 

Es verdad que el filme hace un estudio algo insuficiente hacia las personas sirias: el diagnóstico social de la película se centra necesariamente en las actitudes distorsionadas de su comunidad anfitriona, pero en ningún momento coloca a las familias Sirias como el foco principal. Se entiende que el cineasta lo que buscaba era hacer una crítica social hacia el pueblo británico que es racista, detalle que no es nuevo, eso se puede ver en los premios BAFTAS. 

Otro detalle es que muchos personajes quedan muy poco desarrollados, como el de Yara, Mari tiene una presencia enérgica y agradable, incluso si su personaje parece subdesarrollado. En general, el reparto produce una interacción de conjunto natural y contundente. 

El Viejo Roble se presenta como el cierre de una trilogía que incluye Yo, Daniel Blake y Sorry We Missed You, donde Loach-Laverty han ofrecido un consuelo emocional frente a los males sociales, al mismo tiempo que cargan con una melancolía políticamente realista que nunca buscan una conclusión simple o gratificaciones fáciles. En general, esta es una declaración poderosa sobre tiempos difíciles que no tienen un final claro o simple, aunque la esperanza es el motor de la vida, según el acto final donde vemos como se ondea una bandera.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *