La mujer del espía | Review

Kiyoshi Kurosawa crea una obra con elementos hitchcockianos para contar un filme sobre lealtades y traiciones

La Mujer del espía (2020)
Puntuación:★★★★
Dirección: Kiyoshi Kurosawa
Reparto: Yû Aoi, Issei Takahashi, Ryôta Bandô, Chuck Johnson, Yuri Tsunematsu, Minosuke y Hyunri
Disponible: MUBI

Kiyoshi Kurosawa es un director que se hizo conocido por sus obras más llamativas como Pulse o Bright Future, pero en los últimos años se ha alejado de ese estilo para contar historias más profundas y sorprendentes como fue Daguerrotype o To the Ends of the Earth, bajo ese mismo parámetro es que nos llega La mujer del espía.

La mujer del espía es un drama de época con distintos matices hitchcockianos. De hecho, Kurosawa fue el único colaborador no occidental del documental Hitchcock / Truffaut de Kent Jones de 2015, donde hablaba sobre el lenguaje cinematográfico del maestro inglés, y en su más reciente trabajo el director juega con mucho de Hitchcock, desde la forma en que va desarrollando la historia de los esposos, hasta la evolución en torno del personaje femenino.

La mujer del espía es una película sobria y elegante que nunca cumple con la rigidez de su construcción, pero está bellamente ejecutada y presenta una serie de actuaciones ambivalentes, en particular la protagonista Yu Aoi como una mujer que se encuentra en un laberinto moral que la llevará a tomar decisiones nada saludables.

Ambientada en 1940, la cinta se desarrolla en Kobe, donde el empresario Yusaku Fukuhara (Issey Takahashi) recibe la visita de un viejo amigo Taiji (Masahiro Higashide), quien es ahora un policía militar, le advierte que tenga cuidado con sus conexiones occidentales, luego del arresto de un hombre que es conocido de él. De hecho, Yusaku y su esposa Satoko (Yu Aoi) viven un estilo de vida muy occidental (el mayor deseo de Yusaku es regresar a los Estados Unidos), además este no se percata de los problemas que se están cocinando en su entorno y pasa su tiempo haciendo películas caseras de espía con su mujer y su sobrino llamado Fumio. 

Pero cuando Yusaku y Fumio hacen un viaje de negocios a Manchuria, estos encuentran muerta a una mujer, Satoko es cuestionada por Taiji, lo que lleva que ésta comience a preguntarse si su esposo está involucrado en el espionaje.

La trama se desarrolla a través de diferentes MacGuffins (muy a lo Hitchcock) como son los documentos que encuentran o los rollos de películas incriminatorios o lo de las cintas caseras. La intriga juega bastante con el desarrollo de los personajes y en cómo sus conexiones son el factor que irá hilando los eventos.

La intriga involucra un caso internacional de denuncia de irregularidades, donde Kurosawa coloca astutamente el drama en el contexto de las acciones de Japón en China y en los desarrollos inminentes a la Segunda Guerra Mundial, haciendo también cuestiones hacia la cultura japonesa de ese período, pero todo creado inteligentemente.

El filme trata sobre lealtades, confianza y traición, donde Yusaku queda atrapada entre el amor por su esposo y por su país, sombreada por indicios de apego a Taiji. Las lealtades se tejen como un patrón complejo, que tal vez no se sienta del todo coherente, especialmente con las motivaciones de Yusaku que sugiere que se encuentra en otro punto psicológico que la obra nunca termina de explorar, pero que se sostiene fuertemente por la brillante actuación de Yu Aoi.

Kurosawa nunca termina de explotar el suspenso, cosa que tal vez nunca fue esa la intención, ya que la obra se va por ser más contemplativa, y por jugar con los factores emocionales, morales y políticos que se desarrollan entre los personajes principales.

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