La primera profecía | Review

Precuela del clásico de terror de 1976 que narra la historia de una monja estadounidense que viaja a un orfanato italiano donde descubre que su destino está sellado. 
La primera profecía (2024)
Puntuación: ★★★
Dirección: Arkasha Stevenson
Reparto: Nell Tiger Free, Ralph Ineson, Sonia Braga, Tawfeek Barhom, Maria Caballero, Charles Dance y Bill Nighy 
Disponible: Estreno en cines

La primera profecía tiene un gran detalle, es que desde que inicia la película ya sabes como va a terminar, esto debido a que es la historia de origen del demoníaco Damien, que lo conocimos en La Profecía de 1976, bajo ese aspecto la directora Arkasha Stevenson, lucha en todo momento por en encontrar su voz y estilo dentro una franquicia ya establecida, lo que la lleva hacer lo bastantemente sorprendente al ofrecer una película ingeniosa e impactante al crear niveles impresionantes de estilo y atmósfera de lo que cabía esperar, pero en varias ocasiones termina cayendo en las reglas ya establecidas de la franquicia. Esta es la sexta entrega de la serie, que comenzó con la película de 1976 que ganó el Oscar a mejor banda sonora, cuya versión tuvo un remake en el 2006. 

Ambientada en 1971, cinco años antes de los eventos de La Profecía, la película está protagonizada por Nell Tiger Free como Margaret, una joven novicia que llega a Roma, entusiasmada por dedicar su vida a Dios, animada por su mentor el amable cardenal Lawrence (Bill Nighy). Margaret creció huérfana, luchó contra problemas de salud mental y lo que ella describe como “una imaginación activa”, y ahora quiere ayudar a niños desfavorecidos como ella. Pero rápidamente se da cuenta de que algo parece andar mal en este lugar aparentemente santo, incluido el hecho de que una problemática niña de 11 años, Carlita (Nicole Sorace), es inexplicablemente maltratada por las monjas. 

La cineasta para indicarnos que estamos en el mismo universo de la obra de los 70, intenta recuperar el elegante estilo de esa película, y de las muchas obras de terror que tenían en esos años como The Exorcist, cuyo éxito de taquilla lanzó una ola de películas de terror de temática religiosa. El director de fotografía Aaron Morton y la diseñadora de producción Eve Stewart se aseguran de que las imágenes proyectan ese aspecto, al mismo tiempo acompañado con las notas del compositor Mark Korven, que incluso juega con algunas notas de la cinta de 1976, y así todo el conjunto visual y sonoro ayudan a crear esa atmósfera siniestra, depresiva y temblorosa mientras seguimos el destino de nuestra protagonista.

Cabe destacar que Nell Tiger Free está apropiadamente aterrorizada como una joven estadounidense que se muda a Italia para convertirse en monja, solo para descubrir que el orfanato donde trabajará está lleno de secretos diabólicos, y ella es parte de un secreto mucho más grande que la vida misma.

Para aquellos que estén familiarizados con La Profecía podrán adivinar el propósito final de La Primera Profecía, que es ilustrar cómo surgió el niño serenamente malvado Damien (interpretado por Harvey Spencer Stephens en el original). Como resultado, esta precuela presenta dos misterios simultáneos: ¿qué está pasando exactamente en este orfanato, y qué tiene que ver con el futuro anticristo? Hay que reconocer que Stevenson no sobrecarga el filme con referencias a la película de 1976, sino que trata principalmente de crear una historia fresca e independiente sobre un alma en lucha cuando descubre que su vida no es lo que cree y se ve amenazada.

Sorprendentemente La Primera Profecía, toma ese relato para convertirlo en una historia de empoderamiento femenino, con el Cardenal Lawrence y la Iglesia simbolizando un catolicismo patriarcal y regresivo, especialmente cuando Margaret termina conociendo su destino.

Desafortunadamente, el compromiso entre la directora y la entrega de Free quedan en ese aspecto notable, debido a que la cinta no puede escapar de la idea de que estamos ante un intento formulado sobre el reinicio de esta franquicia. Otro detalle que pasa factura, es que muchos de los personajes secundarios quedan relegados a la trama, y son simplemente peones u objetos del objetivo que es llegar al punto donde se va conectar esta película con la primera, como el caso de la hermana Silvia (Sonia Braga, leyenda del cine), quien pasa observando constantemente a Margaret, y su función final es llevar al niño a donde ya todos sabemos; eso mismo pasa con resto de personajes, incluyendo al de Ralph Ineson, que se le asigna el papel del canoso sacerdote excomulgado que se hace amigo de Margaret.

Al final La Primera Profecía cumple en varios aspectos, y al mismo tiempo vuelve abrir el universo de La Profecía. Pero hay que decir que la historia de Margaret, es lo bastante interesante como la historia del niño anticristo, aunque se le olvida contestar algunas preguntas sobre Damien, y deja la puerta abierta para futuras secuelas.

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