Mi soledad tiene alas | Review

Mario Casas hace su debut en la dirección colocando a su hermano Óscar Casas como el protagonista en una historia de amor juvenil como las que el actor saltó a la fama en su momento.
Mi soledad tiene alas (2023)
Puntuación: ★★½
Dirección: Mario Casas
Reparto: Óscar Casas, Candela González, Francisco Boira, Gerard Oms, Nuris Blu y Farid Bechara
Disponible: Netflix 

Conocido por películas como aquel drama-romántico al estilo de un romance adolescente, “A Tres Metros Sobre el Cielo” junto a su secuela, Mario Casas, quien ha interpretado a varios personajes en distintas películas, debuta como director en “Mi Soledad Tiene Alas”. A pesar de tener varios años en su carrera como actor en distintas películas y series, en algunas ocasiones buenas, otras malas; por supuesto, no es de los mejores actores que tiene España, y este nuevo debut suyo pareciera no ir en buen camino.

El menor de la familia Casas, Oscar Casas, hace de protagonista, en este drama producido por Netflix, a un joven llamado Dan de los barrios lejanos del Barcelona en donde, junto a otros dos amigos (Vio y Reno), viven del alcohol, fiestas y ganando dinero a partir de robos. Dan, a quien lo influyó su padre en este mundo, se siente aprisionado en su casa lejos de todo lo que él en verdad quiere ser: un gran artista. Sus sueños se ven limitados por esa oscura realidad en la que vive. Para ello busca la manera de escapar, aunque no lo termina haciendo de la mejor manera siendo atrapado aún por la trayectoria que ha tomado.

Algo que verdaderamente tiene este largometraje es el sentir de libertad, eso que llama a cualquier persona de no sentirse aprisionado por su pasado, por todo lo bueno o lo malo que hemos hecho que evita esa búsqueda de obtener lo que deseamos. Es una película cruel, pétrea y aflictiva. Aunque en su mayoría, posee un guion poco coherente, con escenas que muestran el estilo en el que muchas veces hemos visto a Mario Casas, lo cual no suma a la película, sino que hace parecer como si la rudeza y el enojo resolvieran todo. Cabe decir que los personajes por supuesto tenían enojos internos y buscaban la manera de liberar este enojo, pero estas escenas me trasladan a “3msc”, en la cual muchas escenas eran sobre un amorío un tanto exagerado.

De manera sencilla, la música de fondo que se utiliza es bastante original y se apega bastante la película, como lo es ese tamboriteo mostrando una escena conflictiva, lo cual verdaderamente atrae mucho. De igual manera me llama mucho la atención esos colores oscuros que contiene el filme, esa representación de que las cosas andan mal; no es tan original, pero hacen de las suyas con este detalle. Por otra parte, las actuaciones no son del todo buenas, principalmente Óscar Casas fue muy notorio al mostrar mucha similitud con la manera de actuar de Mario, es decir, una actuación muy fijada y lineal.

Como se mencionó anteriormente, algo relevante de la película es su mensaje, eso que quizá muchas personas quieren oír, y qué mejor manera que expresarlo conforme a la realidad. Es bastante callado que en zonas de España muchos jóvenes viven como este trío, intentando conseguir salir de eso, y que, buscando el camino fácil, arriesgan sus vidas por un poco de dinero. Muchos de ellos pueden tener aspiraciones, sueños, pasiones o capacidades para mostrarle al mundo, pero que no encuentran las alas para poder salir de eso que los atormenta.

No es una película de la cual se puede hablar mucho, pero claro es que se puede reflexionar de lo que nos intenta mostrar. Mario Casas intenta hacer un buen papel como director, pero termina dando una película de calidad media, es cierto que ha sido muy reconocido en España y poco a nivel mundial, pero aún le queda mucho que recorrer.

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