Persiguiendo un sueño | Review

El debut como directora de Rachel Griffiths es una cinta conmovedora sobre una historia de triunfo y superación desde la mirada en la industria de las carreras equinas.

Persiguiendo un sueño (2019)
Puntuación: ★★★
Dirección: Rachel Griffiths
Reparto: Teresa Palmer, Sam Neill, Sullivan Stapleton, Sophia Forrest, Henry Nixon y Aaron Glenane
Disponible: Estreno en cines

Llega a las pantallas de cine el debut de la directora Rachel Griffiths, que nos cuenta la historia emocional de Michelle Payne, la primera jockey femenina en ganar la Copa de Melbourne. Pese a ser una historia humana y emocional, la cinta termina siendo un largometraje al más puro estilo de una obra de Hallmark, esto lo decimos en el sentido bueno y malo.

El biopic de Michelle Payne busca contarnos el camino de la chica para llegar al momento en que se convirtió en la primera jockey femenina en ganar la Copa de Melbourne, pero lejos de enfocarse en ese punto histórico, el filme retrocede y cruza todos los caminos del típico biopic, que es acompañado con hermosas tomas de la protagonista corriendo con su caballo en la pradera de Australia o en la costa mientras las olas suenan de fondo y la cámara se eleva hacia las nubes, marcando el momento más inspiracional de Michelle Payne, claramente esto no es malo pero no es nuevo dentro del género.

El guion del filme no es que busca profundizar la historia de la heroína, simplemente busca contar un relato apunta de frases emociones, “Lo único que importa son las probabilidades que te das a ti mismo”, le dice el padre de Payne, Paddy (Sam Neill), a su hija, hablando de algo llamado “la brecha”, que aparentemente es el momento más importante durante el cual se gana una carrera de caballos. Probablemente puedas adivinar para qué gran evento se está preparando Payne cuando las palabras de papá vuelven a su mente y viajan a través de los altavoces una vez más, destacando la parte del guión marcada como “ella está contigo en espíritu”.

Los momentos de humanidad de la película ocurren en escenas donde el guion busca explorar la relación entre Payne, Paddy y Stevie (la familia constaba de 10 niños, los únicos que tienen peso en pantalla son Payne y Stevie). Fuera de eso, los temas del equino terapia y el cómo es el mundo de las carreras de caballos, quedan tratados de manera superficial, nunca hay profundidad ni nada, al igual el tema de los caballos en la vida de las personas, aquí los animales están sólo en términos de su capacidad para adornar bellas imágenes teñidas de sol.

Lo que sí me sorprendió, creo que vale la pena mencionarlo fue su comentario sobre el sesgo de género y el sexismo dentro de la industria de las carreras. Supuse que esto sería fundamental para su premisa, pero los cineastas evidentemente sintieron lo contrario. Varias escenas muestran a Payne en habitaciones llenas de hombres, y hay un momento en el que le dicen que las probabilidades oficiales de que gane son “100 a uno”, pero “serías la mitad si fueras un tipo”.

Pese a su gran mensaje y valor, al final nos queda en los pensamientos que, en algún lugar, detrás de todo esto, se encuentran los bocetos de una historia compleja sobre la vida Payne, quien persiguió sus sueños con coraje y tenacidad, superando grandes dificultades físicas y mentales. La mejor parte de Persiguiendo un Sueño es la interpretación que hace Teresa Palmer. Palmer es una actriz con una gran presencia y una habilidad dominante para proyectar fuerza interior. También hay una pequeña y dulce actuación del hermano de Payne en la vida real, Stevie, que tiene síndrome de Down y se interpreta a sí mismo.

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