Review | Vivo

“Vivo” es una película animada encantadora pero le falta fuerza para emocionar

Vivo (2021)
Puntuación:★★★
Dirección: Kirk DeMicco y Brandon Jeffords
Voces: : Lin-Manuel Miranda, Ynairaly Simo, Zoe Saldana, Gloria Estefan y Juan de Marcos González.
Disponible: En Netflix

Netflix sigue buscando su mina de oro, entre los muchos acuerdos tiene uno con Sony, como vimos de esa relación, nos llegó The Mitchell vs the Machines a inicios de años, una de mejores películas de lo que va de 2021, y que hace poco la plataforma reveló que es la cinta animada más vista, en síntesis, la compañía apuesta en Vivo esa misma fórmula, cinta que también viene de la factoría de Sony.

Aparte este 2021 es el año de Lin-Manuel Miranda, para prueba de ello hace poco tuvimos el musical “En el Barrio” historia de Miranda que fue un éxito en Broadway, próximamente debutará como director con una película de Netflix y también hará la música de la cinta de Disney,” Encanto”; pero ahorita al compositor y actor lo escuchamos en “Vivo”, filme animado donde presta voz al personaje principal y compone la música.

Vivo es una cinta que carga con un brillo colorido, especialmente en la parte que recrea la naturaleza, claramente el aspecto técnico tendría que ser correcto viniendo de un estudio como Sony, pero el filme se queda corto en casi todo lo demás; Vivo es una aventura musical dulce, aunque no es lo suficientemente potente para despertar emociones, la música es pegajosa pero no memorable, cuando terminas de verla, ya se te olvidan.

Vivo, es una película de fórmula ya vistas muchas veces, incluso juega de manipuladora, como es el tramo inicial, pero tiene un algo que no termina de conectar o emocionar al espectador.

La historia arranca en la Habana, Cuba, aquí vemos a un músico anciano, Andrés (voz del legendario músico cubano Juan de Marcos González), quien actúa en una plaza local con su fiel kinkajou, llamado Vivo (Miranda). Si bien los espectadores podemos entender el rap de Vivo (incluso cuando deseamos que no sea el caso), para los humanos que lo rodean (en la película), todo lo que escuchan es un chillido; cosa que no tiene mucha lógica, aunque para el argumento de la historia supuestamente el animal lo hace con ritmo, creando una extraña combinación efectiva.

Lo cosa inicia luego del rap poco agradable, cuando la antigua compañera de canto de Andrés, Marta (Gloria Estefan totalmente nada aprovechada), vuelve a ponerse en contacto después de años de silencio ofreciéndole la oportunidad de acompañarla en el escenario de su último concierto en Miami, cosa que el hombre ve una oportunidad para confesar finalmente sus sentimientos, ya que nunca tuvo el valor cuando eran jóvenes, y lo quiere hacer en forma de una canción que elaboró hace años; pero como hay que generar un punto fuerte para que esto camine, la tragedia golpea y nuestro monito favorito (Vivo) tiene que hacer el viaje “solo” para honrar a su viejo amigo.

En este punto aparece el peor personaje del cuento (Gabi) una niña estridente que sueña con ser cantante, pero que la escritura de este cae en todos los rincones posibles. Su acto musical principal es una pieza de pop básica sin mucho contenido. El viaje de ella con Vivo pese ser entrañable y divertido por momentos, no es algo que se te queda; aquí volvemos al mismo punto de siempre, la cinta no arriesga ningún tema que está en constante tiraje, como el valor de la familia, la aceptación de ser uno mismo, entre otros.

Lo peor de todo es la resolución del acto final, es fría, rápida para todo lo que se venía construyendo, hasta un poco anticlimática, el personaje de Marta no tiene un arco, lo único bueno de todo este circo es escuchar a la gran Estefan, ella siempre es un deleite.

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