The Ministry of Ungentlemanly Warfare | Review

Lo nuevo de Guy Ritchie está lejos de sus mejores trabajos, pero tiene las suficientes dosis de su ingenioso estilo adornado con unas cuantas escenas de acción estimulante; lástima que su protagonista no tenga el suficiente carisma para sostener el filme. 
The Ministry of Ungentlemanly Warfare (2024)
Puntuación: ★ ★★
Dirección: Guy Ritchie
Reparto: Henry Cavill, Eiza González, Alan Ritchson, Alex Pettyfer, Hero Fiennes Tiffin, Henrique Zaga, Til Schweiger, Henry Golding y Cary Elwes 
Disponible: Google VOD

Siempre es un gusto tener algo nuevo en pantalla de Guy Ritchie, y más cuando se aleja de sus intentos de llevar su estilo a las películas Hollywoodense (El Rey Arturo, Aladdin) que carecían de esa chispa que tiene el cineasta británico. Aunque en los últimos años hemos ido viendo como ese Ritchie sarcástico, alocado y desenfadado ha ido madurando, creando propuestas con tonos más serios (Wrath of Man, The Covenant), pero entre esos cambios que ha ido experimentando, entre una y otra película todavía tiene saca esa chispa que cautivó a varios cinéfilos, por eso no extraño verlo jugar con ese tono serio con su peculiar humor, y es donde entra su nuevo trabajo The Ministry of Ungentlemanly Warfare.

The Ministry of Ungentlemanly Warfare está inspirada en un caso real, cuyo protagonista March-Phillips supuestamente fue una inspiración para un joven Ian Fleming a la hora de crear a James Bond. Al igual que Operation Fortune, esta cinta de Ritchie juega en las líneas de 007 y de Ethan Hunt, pero si algo tiene, es que tiene un tono muy parecido a Inglourious Basterds de Quentin Tarantino, otra estridente historia de la Segunda Guerra Mundial.

Como es habitual el cineasta se sabe rodear de muchas caras conocidas, aunque en este caso no regresa con su estrella favorita: Jason Statham, que no hay dudas que tuvo que ser la primera opción para interpretar el papel principal, un pícaro buscador de emociones reclutado para una misión peligrosa. Que en este caso terminó cayendo en manos de Henry Cavill, a quien le falta un poco de carisma a la hora de ejercer de líder en este proyecto.

Cavill interpreta a Gus March-Phillips, un rebelde que fue liberado de prisión a principios de la década de 1940 para encabezar una misión militar encubierta. El primer ministro británico, Winston Churchill, lo ha designado para reunir un equipo de primera para viajar a un puerto de África occidental, donde los alemanes almacenan suministros bélicos peligrosos; dicha misión es apodada Operación Postmaster, y está requiere que March-Phillipps, junto con el temible soldado Anders Lassen (Alan Ritchson) y la seductora agente encubierta Marjorie Stewart (Eliza González), entre otros, neutralicen a los nazis y sus submarinos, garantizando un paso seguro a través del Atlántico para que las fuerzas estadounidenses se unan a la causa aliada.

La película de Ritchie, adapta el libro de Damien Lewis de 2014 Churchill’s Secret Warriors: The Explosive True Story of the Special Forces Desperadoes of WWII, que sí, la historia pareciera irreal, pero dichos eventos si ocurrieron, aunque el cineasta se ha tomado varias licencias para exagerar algunos eventos, y ese tono exagerado y retorcido le ayuda para bien y para mal. No se puede negar que ese tono lleno de energía es lo suficientemente contagioso como para omitir algunos detalles que le pueden restar algunos puntos al filme, especialmente si notamos que la cinta camina por algunos tonos muy similares a la película de Tarantino. 

Sin dudas sus mejores momentos son las secuencias de acción, unas que siguen siendo envolventes y muy difícil de criticar, momentos que es donde brillan los personajes secundarios como el de Hero Fiennes Tiffin, o el de Eiza González (su escena de baile es sensualmente deliciosa), aunque lo que más destaca son los músculos de Alan Ritchson. 

Ritchie vuelve a darnos todas sus dosis, entre ellas insertando matices que resultan interesantes en un territorio tan machista como este. Todo el elenco está modelado y diseñado como una moda, con soldados musculosos sin camisa corriendo de fondo, o creando escenas provocadoras como una de Ritchson haciendo insinuaciones hacia otros hombres, en especial una que tiene con el personaje de Golding. Estamos claros, que dichos momentos no son suficientemente radicales, ni definitivamente son suficiente para ofender.

El guion del filme se arrastra en ciertos momentos, haciendo que el juego de la misión carezca de chispa y termine cayendo en ciertos clichés; el gran pero, viene en la forma en que crean al personaje de Churchill, uno que se desentona con el resto del filme, al ser construido como una mera caricatura. Al final el resultado de la cinta es una comedia de acción superficial y sonriente, donde la misión no llega a buen puerto, y se queda a medias.

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