Club Cero | Review

Jessica Hausner crea una satira sobre los trastornos alimenticios centrado en un grupo de colegiales a las que se anima a vivir sin comida, pero evita explicar su tema y sus reflexiones. 
FICM 2023 | Club Cero (2023)
Puntuación: ★★½
Dirección: Jessica Hausner
Reparto: Mia Wasikowska, Sidse Babett Knudsen, Amir El-Masry, Elsa Zylberstein, Mathieu Demy, Ksenia Devriendt y Luke Barker

Hablar sobre los trastornos alimenticios, es una tema que todavía genera mucho miedo en la sociedad, y. en cine no es uno de los temas que más veamos; así que los ojos estaban puestos en lo nuevo de la cineasta Jessica Hausner, quien llega con una propuesta más que controversial, buscaba una reflexión sobre como hablar de estos temas, cosa que la cinta por alguna manera no lo quiere hablar tal cual. 

Una nueva profesora carismática es reclutada por un internado progresista de élite, en algún lugar, suponemos, de Australia, para instruir a los estudiantes a un nuevo tema llamado la “alimentación consciente”. La señorita Novak (Mia Wasikowska) explica a su pequeña clase de adolescentes que reducir drásticamente la cantidad de alimentos que consumen puede darles grandes beneficios de gran alcance, para el planeta y para su propia salud espiritual, mental y física. Obedientemente, los chicos empiezan a rechazar la comida, pero se comen la filosofía cada vez más extrema de la señorita Novak.

La segunda película en inglés de Jessica Hausner es una historia que se desarrolla en un mundo de privilegios en el que la gente está dispuesta a tragarse los beneficios para la salud de prácticamente cualquier charlatán siempre que el precio sea lo suficientemente alto. Se trata de los peligros de subcontratar las responsabilidades parentales a personas e instituciones con agendas determinadas. Parece fantástico (como siempre, el uso que hace Hausner con el color y el vestuario es llamativo y elocuente), pero se trata de una imagen apenas escrita que opera en un nivel superficial.

Club Zero

Hausner logra aprovechar con bastante eficacia, la ansiedad de los padres acerca de las influencias malignas que pueden estar teniendo sobre sus hijos Miss Novak (Mia Wasikowska), que con su elegante corte pasivo-agresivo, es la encarnación física de una gran cantidad de sitios web que manipulan los pensamientos de aquellos que no son lo suficientemente inteligentes como para resistir el atractivo de la desinformación. Sin embargo, el guion de la cinta no sabe como lidiar con los propios temas que está buscando abordar, un hecho que hace limitar lo interesante de la propuesta. 

Como cualquier manipulador, la señorita Novak se siente atraída por los débiles y los dañados, por lo cual le es fácil ingresar en la vida de Fred (Luke Barker), un chico abandonado en la escuela por sus padres mientras ellos y su hermano menor están preocupados por un proyecto en Ghana; los otros chicos son Elsa (Ksenia Devriendt) ya sufre un trastorno alimentario; Ragna (Florence Barker) hará cualquier cosa para rebelarse contra sus críticos padres. Y el becario Ben (Samuel D Anderson) es el marginado social de la escuela.

En términos de diseño, la película está muy bien cuidada. Las elecciones físicas son acertadas: las casas de los padres presentan muchos ángulos de concreto agresivamente vanguardistas, el tipo de edificios habitados por personas que piensan que la comodidad es un compromiso. La ropa de los personajes carga un carácter bohemio, pero se nota que son prendas compradas en tiendas de diseñadores de primer nivel. En contraste, la única madre de bajos ingresos, la Sra. Benedict (Amanda Lawrence), la madre de Ben, quien se viste desesperadamente con sus mejores trajes dominicales. Las opciones de color de los uniformes de los estudiantes funcionan fabulosamente bien, y te da una clara referncia del tipo de educación que se puede dar en ese instituto.

La película parece burlarse de sus propias ideas obviamente absurdas; básicamente se trata de señalar los temas delicados, pero sin que nadie diga las palabras “bulimia” o “anorexia” en voz alta, y no está claro si evitar estos términos obvios es una elección artística, un comentario de negación o simplemente una forma de eludir el problema que busca indagar la propuesta, lo que me hace enojar con el filme, ya que si estás tocando estos temas se deberían abordar con toda la seriedad que se quiere, sin ocultarlos. 

Club Cero es un error de una cineasta muy talentoso, pero se agradece los riesgos que toma.

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