Un chico solitario y un robot desprogramado se unen en una tierna película que logra tener encanto con un mensaje directo sobre la amistad
Ron da Error (2021)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Alessandro Carloni y Jean-Philippe Vine
Reparto: Zach Galifianakis, Jack Dylan Grazer, Olivia Colman, Ed Helms, Justice Smith, Rob Delaney y Liam Payne
Disponible: Estreno en cines
Ron da Error llega a los cines en estos días con toda la chispa y magia que trae la mara de 20th century studios bajo la tutela de Disney, por lo cual no es sorpresa para nadie la calidad visual que carga un filme de estos y tampoco es un secreto que veremos mucho merchandising en las próximas navidades.
Esta película animada aborda una historia que hemos visto en muchas ocasiones sobre la amistad de dos seres que en un inicio no se llevan bien, pero las circunstancias los va uniendo, pero fuera de esa lectura que un robot se haga amigo de un niño solitario tampoco no es nada nuevo y nos va a recordar a otras cintas de la propia casa Disney como es Big Hero 6. Fuera de esas obviedades Ron da Error es una cinta entretenida con mucho sentimiento.
Barney es un niño de una familia pobre de inmigrantes que viven en una pequeña ciudad de Estados Unidos. Su padre, es un viudo triste que se gana la vida vendiendo novedades poco llamativas en la web, y su abuela es una mujer alegre y despreocupada llamada Donka (la voz en inglés es de la gran Olivia Colman casi irreconocible) que tiene unos pollos y una cabra bastante peculiar.
Barney está profundamente avergonzado de su pobreza, su asma y su incapacidad para adaptarse con sus demás compañeros especialmente porque todos tienen un nuevo juguete que es un robot de alta tecnología llamado B-Bot, y su familia no tiene los recursos para comprar algo así.
El juguete B-Bot, es un robot que le sigue a todos lados, lo conecta a las redes sociales, graba vídeos, juega juegos online y conoce todos los gustos y pasatiempos de su propietario; toda una maravilla tecnológica que es propiedad de la corporación llamada Bubble, dirigida por un veinteañero nerd llamado Marc, quien cree que los B-Bots ayudarán a los niños a hacer amigos. El socio principal e inversor mayoritario es el fríamente calculador Andrew Morris, que desde el inicio de la película sabemos que será el villano de turno que cumple con todos los clichés que hemos visto en personajes como él.
El mundo de Barney llega a un punto de felicidad y conflictos cuando su padre le compra un B-Bot dañado que se cayó de un camión, pero el problema es cuando el chico arranca al robot y este no empieza a funcionar como debería haber sido. Pero este B-Bot poco fiable lo conocemos como Ron, un artefacto tremendamente divertido, hilarantemente inapropiado, y golpea a los matones.
Cuando ocurre un hecho que la máquina no debería haber hecho, la corporación decide ir a recuperar esta unidad “defectuosa”, ya que el prestigio y las ganancias de la empresa se ponen en riesgo, por lo que Barney tiene que esconder a su maravilloso nuevo mejor amigo.
El filme funciona desde la perspectiva que busca, al ofrecer momentos genuinamente tiernos en los que Barney se enfrenta cara a cara con su propia miseria o cuando va desarrollando sentimientos de amistad pura y sincera en él y Ron.
Aunque el principal tema que busca tratar el filme es la amistad sincera, y aprender a ver a las personas como son sin ver sus defectos o que sean diferentes, la cinta también critica la forma en que se mueve la sociedad moderna actualmente con respecto a la viralización de las cosas y el impacto de las redes sociales en los niños. Pero nunca cuestiona el uso de la tecnología en la vida cotidiana y en como los seres humanos somos codependientes de esta para convivir. Dicho tema lo menciona en un diálogo el padre de Barney, pero el guion nunca lo desarrolla ni lo expone solo lo deja como un comentario.
Ron da Error, es una película divertida y tierna, funciona en lo que quiere ser y sirve para pasar el rato, comer palomitas y querer muñequitos en navidad.