El negocio del dolor | Review

La actuación espectacular de Emily Blunt no es suficiente para salvar este fallido filme de Netflix que habla sobre los sórdidos representantes de ventas que iniciaron la crisis de los opioides.
El Negocio del dolor (2023)
Puntuación: ★★½
Dirección: David Yates
Reparto: Emily Blunt, Chris Evans, Andy Garcia, Catherine O’Hara, Chloe Coleman, Jay Duplass y Brian d’Arcy
Disponible: Netflix

Es casi imposible no admirarse por siempre mostrar una buena interpretación por parte de Emily Blunt, siendo la protagonista de este nuevo filme de Netflix, donde mezcla el drama con comedia realizando cambios bruscos en su personaje, el cual muestra diferentes etapas y situaciones que obligan a mostrar distintas caras. David Yates, saliendo un poco de su zona de confort, opta por realizar una película más realista con una fuerte crítica, que, aunque la narrativa no viene de hechos reales, lanza fuertes críticas a varios casos ocurridos en la vida real que no andan para nada lejos de la realidad que muestra la película; casos como el de John Kapoor, un grande farmacéutico fundador de Insys acusado por vender fentanilo opiáceo sobornando a doctores, generando una gran fortuna para su empresa. 

Protagonizada por Emily Blunt, Liza Drake, se encuentra desesperada por salir adelante, sin título universitario y sin haber concluido sus estudios de secundaria. Ella debe velar arduamente por su hija, Phoebe, quien fue expulsada del colegio. Trabajando en un club nocturno como bailarina sexual, Liza se encuentra a un joven exitoso quien le sugiere que lo contacte para sacarla de ahí. Este negociante llamado Pete Brenner (Chris Evans) trabaja para Zanna, una pequeña compañía farmacéutica la cual se encarga de vender recetas de alta eficacia de fentanilo, sin embargo, la compañía se encuentra en un estado de pérdida. Liza, acepta la oferta para ser vendedora de este fármaco a diferentes médicos en toda Florida, elevando los números de la empresa, pero con muchas contradicciones sobre la manera en como los elevan. 

Bastante se ha escuchado hablar sobre el fentanilo u otros fármacos que existen en la industria, sobre todas las abundantes controversias y como ganan impensables sumas de dinero a base de el dolor o la enfermedad de las personas. Se han visto documentales, noticias y demás sobre estos temas, y ahora Netflix nos brinda un largometraje mezclando toda la importancia y revelación de la información detrás de estas compañías, con un toque de comedia y al estilo de The Wolf of Wall Street. De esa premisa surge la primera crítica sobre la película, la cual pone en duda si un tema que puede ser sensible para muchas personas e indignación pueda verse en un genero de comedia. ¿De verdad eso se puede? A mi parecer no está del todo bien visto, no obstante, la película recalca una burla a esas compañías y quizá de allí la comedia. Aunque no toda la comedia va dirigida a ello, se observan ciertas escenas donde la comedia está de más, donde incluso se va más allá del límite. 

Algo quizá que resalta es cómo manejan las tomas y un estilo un poco único, aunque no innovador, de los movimientos de cámara. Las actuaciones presentes le dan el toque que busca la película, con el drama necesario y por supuesto la comedia. Chris Evans tuvo claro su papel, aunque no sobresale a como se acostumbra. De parte de Emily Blunt sabemos bien la calidad de actriz que es y sus capacidades para mostrar diferentes estados de ánimo, desde lo básico hasta extremos, el papel le cae super bien y conecta bastante con el espectador. 

El mensaje que se transmite es muy claro, y aunque abarca muchos temas, el principal, con respecto al negocio de las farmacéuticas, muestra una dura realidad que abunda entre muchos fármacos que hoy se siguen vendiendo, sin importancia sobre los efectos secundarios y la dura vida que pueden generar en muchos pacientes. Por otra parte, la lucha de una madre que busca salir adelante, con una hija que sufre de un tumor que va creciendo en su cabeza, genera una cierta empatía hacia una persona que desesperada intenta resolver sus problemas de vida. 

A pesar de que dejaron varios puntos sin terminar en la película, el mensaje que esta muestra ayuda a reflexionar sobre temas de gran controversia en el mundo, lo cual está afectando a millones de personas y que unos pocos siempre son los que salen ganando. La película como tal no es de sacar lágrimas ni tiene un drama nostálgico, sin embargo, dejando de lado la comedia, se adentra en un mundo que pocos conocen y que deja mucho de qué hablar.

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